La prevención de la violencia contra la mujer implica una combinación de estrategias que abordan las causas subyacentes, promueven relaciones saludables y ofrecen apoyo a las víctimas. Estas estrategias incluyen la implementación de leyes y políticas, la promoción de normas y valores igualitarios, la creación de entornos seguros, la educación y el empoderamiento económico, así como la prestación de servicios de apoyo.