SantiagoLaollaga,
#Oaxaca. En este rincón del Istmo de Tehuantepec, donde la esperanza parecía estancada entre caminos polvorientos y promesas sin cumplir, hoy se respira un aire distinto. Bajo el liderazgo de Basilio Manuel Guzmán, Santiago Laollaga empieza a escribir una nueva historia, una que se construye con hechos, trabajo silencioso y atención directa a su gente.
Con una administración enfocada en las prioridades reales del pueblo, Basilio ha impulsado obras que la comunidad había esperado durante años.
Uno de los proyectos más esperados está por ejecutarse, una importante inversión en el sistema de agua potable, vital para mejorar la calidad de vida de las familias. A esto se suma el mejoramiento de vialidades, como la esperada pavimentación de la calle Adolfo López Mateos, un compromiso que se hizo realidad. Al igual que la ampliación del Domo frente al palacio municipal que fue una obra de relevancia en esta administración.
A pesar de no buscar reflectores, las acciones hablan por sí solas. Entre marzo y abril se concretaron obras que han marcado la diferencia en la vida de los campesinos, la construcción de un vado y la rehabilitación de tres kilómetros de caminos cosecheros en terrenos comunales y ejidales. Estas acciones facilitan el traslado de las cosechas y benefician directamente a decenas de productores.
El vado, en particular, tenía más de 15 años siendo solicitado por los campesinos. Hoy, más de 60 productores lo utilizan, y con ellos, toda la población que transita por esa ruta ve reflejado un beneficio tangible. Es una obra que, más allá del cemento, representa dignidad y justicia para quienes por años fueron ignorados.
No solo el campo ha sido atendido. En la agencia municipal, el gobierno local también se ha hecho presente con el mejoramiento del campo de béisbol, un espacio vital para la convivencia y el deporte entre jóvenes y familias enteras.
El rescate de estos espacios públicos es parte de una visión integral de desarrollo que incluye tanto obra social como comunitaria.
Santiago Laollaga comienza a ver el fruto de un gobierno comprometido, donde cada acción tiene un rostro y cada obra tiene una historia. Y aunque el camino aún es largo, el rumbo está claro: el cambio verdadero ha llegado, y llegó para quedarse.